La sala de prensa de Francisco anunció el sábado en un comunicado haber firmado en Pekín con las autoridades del régimen comunista un "protocolo de acuerdo provisional para el nombramiento de obispos" en China, tema de discordia desde hace décadas.
El acuerdo abarca únicamente la religión y no sobre el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Pekín y la Santa Sede, interrumpidas desde 1951 dos años después de la llegada de los comunistas al poder.
"El objetivo del acuerdo no es político sino pastoral", precisó el portavoz del Vaticano, Greg Burke.
"Este no es el fin del proceso. Es el comienzo" para "permitir a los creyentes tener obispos en comunión con Roma pero al mismo tiempo reconocidos por las autoridades chinas", dijo.
Los 12 millones de católicos chinos, muy minoritarios en el país de 1.500 millones de habitantes, profesan su fe desgarrados desde hace décadas entre una Iglesia "patriótica" controlada por el régimen comunista y una Iglesia clandestina que reconoce la autoridad del Papa.
Los detalles del acuerdo para eliminar esta distinción serán anunciados el sábado por la tarde.
El acuerdo preliminar fue firmado el sábado en Pekín entre los dos jefes negociadores, el subsecretario de Estado de la Santa Sede, Antoine Camilleri, y el viceministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Chao.
El texto "concierne el nombramiento de obispos, un tema de gran importancia para la vida de la Iglesia, y crea las condiciones para una mayor colaboración a nivel bilateral", precisó la Santa Sede en el comunicado.
Ambas partes esperan que el acuerdo pueda "favorecer un proceso fructífero y progresivo de diálogo institucional y que puede contribuir positivamente a la vida de la Iglesia Católica en China, al bien común del pueblo chino y a la paz en el mundo".
La Santa Sede relanzó hace más de tres años las interminables negociaciones iniciadas en los años ochenta.